martes, 13 de julio de 2010

Noventa y cinco centavos

Siempre "faltan cinco para el peso". No importa de qué actividad de la vida tratemos ni de quién la desarrolla; en el mejor de los casos, siempre "faltan cinco para el peso".

No son pocos los que (en especial en el ámbito del arte) sienten o piensan que hacer (arte) es cuestión de "inspiración" antes que de "transpiración". Si la inspiración es una línea directa con la divinidad, hay que saber que esa línea está casi siempre "ocupada", y que a ella acceden sólo los más insistentes. Quien insiste, transpira, y a muchos de los que transpiran jamás les deja de dar "ocupado" a la hora de llamar a esa línea directa con la divinidad. Consecuentemente, en el resultado de su trabajo, "les falta cinco para el peso". Otros ni siquiera procuran, por considerar a éste un iúutil esfuerzo, comunicarse con el más allá, ni tampoco esperan que lo llamen.

Este esquema —transpiración-inspiración— no le es ajeno a quien escribe este texto, y es esperable entonces que a estas palabras, tras haberlas trabajado y vuelto a trabajar, revisado y vuelto a revisar, "les falten cinco para el peso".

La transpiración, el trabajo en búsqueda o no de una conexión exitosa con el 0-800-70-7-DIOS, representa, en óptimo caso, el 95% de todo lo deseable en cuanto resultado esperable se refiere; el 5% restante (los "cinco para el peso") jamás garantizados están. Y a quienes, tocados por la varita mágica, logran llamar a cada rato sin transpirar, en los resultados de sus acciones comúnmente se les nota que no superan el 5% de todo lo deseable.

¿Qué se puede esperar de este blog en cuanto a aprender de él algo de lectura y escritura musical? En el más optimista de los lectores, "noventa y cinco centavos". Si alguien vislumbra un 97, 99 o 100 %, yo no fui.

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