domingo, 4 de octubre de 2009

Nacionalismos, paralelismos, exorcismos

El orgullo más barato es el orgullo nacional,
que delata en quien lo siente
la ausencia de cualidades individuales
 Goethe


“¡Hay que defender lo nuestro!”
“Lo nuestro” es una escala pentatónica, otras escalas modales, flautas de pan, e intervalos paralelos. ¿De dónde es quien se atreve a afirmar esto? ¿De Salta? ¿De Hungría? ¿De China? Podría ser de prácticamente cualquier lugar del mundo. Sólo aquellas personas que aún no han podido ver que todo pueblo humano hace flautas con la tibia de la pierna de su enemigo y que esa flauta-hueso nunca tendrá (salvo tecnología mecánica que lo permita) más agujeros que los que con las manos humanas pueden taparse estarían dispuestas aún a debatir sobre la pertenencia de los bienes culturales llamados folclóricos.

El siguiente es un apartado inicialmente técnico que nos asistirá en la tarea de develar cómo funcionan en las músicas folclóricas dos conceptos complementarios enseñados ya hace tiempo por Nietzsche: lo dionisíaco y lo apolíneo.

Terceras o sextas paralelas tonales y politonales o lo apolíneo y lo dionisíaco en las músicas folclóricas
Como una de las tantas configuraciones en común de las músicas folclóricas del mundo encontramos a las terceras o sextas paralelas como cotidiana práctica. En el ámbito tonal tal práctica deriva en una variedad de terceras o sextas menores y mayores, lo que otorga un interés a través del tiempo. Una práctica politonal basada en el paralelismo de estos intervalos deriva en una igualdad de terceras o sextas: todas menores o todas mayores, lo cual cancela el interés en el tiempo, pero esa carencia pasa a ser compensada por el interés espacial de la superposición de dos centros tonales. Ejemplificamos:
contiene sextas tanto mayores como menores, mientras que
es una situación musical de igualdad en cuanto las sextas que se usan (todas menores) pero los centros tonales simultáneos de Do y Mi hacen al interés armónico de este fragmento.

Un caso de posesión
En los dos casos expuestos arriba hay una perfecta carencia de independencia rítmica de las dos voces participantes. Son intervalos de sexta, pero no son dos voces. El "unísono" rítmico las iguala como el alcohol, el fútbol y la muerte igualan a los seres humanos. Lo dionisíaco se hace evidente, no hay una medida individuación de las voces. No hay polifonía. Lo apolíneo parece haber desaparecido, pero reaparece en el primer caso (las sextas tonales) cuando entra en la escena musical la politonalidad. El individual, medido y único centro tonal de la antes dionisíaca zamba ahora está ausente porque también está presente otro centro tonal que hace parecer a este dúo más a Legión que a Jesús. ¡Jesús! "Ahora que estamos ausentes" hace apolínea a "Ahora que estás ausente". ¿Podemos esperar a "Ahora que estás exorcizada"? La domesticación de la máquina de guerra no se hace esperar mucho, y entonces, una vez más, tendremos la posibilidad de volver a gritar "¡Hay que defender lo nuestro!", romperle las piernas al simpatizante del equipo rival (necesitamos dos dionisíacas flautas), tocar "Ahora que estamos ausentes", brindar, y entonces, habiéndoles dejado un ordenado mundo a nuestros hijos, morir en paz.

20 comentarios:

  1. No entendí nada, pero no importa. Lo que no entiendo, y me molesta no hacerlo, es por qué dice que el futbol iguala a los seres humanos. ¿Y aquellos que no gustamos del futbol? ¿Somos extraterrestres?
    Saludos.
    Raúl Ferrero.

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  2. Hola Raúl,

    La capacidad del fútbol de igualar a los seres humanos es independiente del gusto, no gusto o disgusto que por él tenga un individuo. Quien se involucra en él pierde su individualidad y se hace uno con la masa, con la hinchada. Es el carácter dionisíaco del fútbol entendido no sólo como deporte sino como fenómeno cultural. Si no te gusta, no te involucras y no participas, no pierdes tu individualidad, continúas en poder y control de ti mismo, no desbordas, y lo apolíneo sigue marcando tu rumbo.

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  3. sr nota nota, la musica nuestra (la argentina), es tal, o sea argentina, "no" por la armonia (3ras, sextas, etc), ni por la instrumentación (flautas, guitarras, etc), ni por sus escalas (hay pentafonícas en todas las culturas).
    Sinó por sus ritmos y poliritmias, propios de aqui...sus danzas y sus aires, bien latinoamericanos, y sus costumbres tambien (comer, etc y ca..tambien).
    desde que el hombre es hombre existe la fusión (ya que se unieron para que nazca otro hombre), y no hay nada puro (ni en la europeo), y menos en el arte. En ninguno. Nadie tiene la posta y todo vale.
    saludos y a no cerrarse.

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  4. Señor Anónimo:

    Primero que nada, gracias por participar de Lectura y Escritura Musical, leyendo y comentando.

    Lejos de cerrar el juego, yo soy quien lo abrió, el que plantea el debate y el que propició un espacio en el que personas como usted pueden desde el anonimato (y también registrándose) expresar su parecer. Tampoco soy el que dijo o haya dicho que no existan característica únicas en la música argentina (no digo "nuestra" ni "vuestra" porque denota propiedad, y no creo en la propiedad de los bienes culturales) y sí dije que hay rasgos comunes entre las músicas floclóricas (así, en plural), pero permítame disentir en cuanto que dicha característica sea la polirritmia a la que hace usted mención: dicho en sus términos, la "fusión" más trascendente en la zamba salteña se da por la corriente europea por un lado, canalizada por España, que le otorga la forma a la danza, y desde África, canalizada por Bolivia, el ritmo "propio de aquí" que hasta hoy podemos rastrear en su forma original, más veloz y frenética, en las comunidades africanas de "zambos" (africanos de américa) sobrevivientes en las yungas. Si lo "propio" no son las terceras, las flautas y las guitarras, y ahora tampoco la polirritmia, ¿será el tempo rallentado más la "fusión" de lo africano y lo europeo "lo propio"? ¿El tempo, las flautas, las polirritmias y las formas de danza son propiedad de alguna cultura, o pertenecen a la humanidad?

    No se cierre, señor Anónimo, y bienvenido a Lectura y Escritura Musical.

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  5. Estimado Pablo: aquí te dejo "algunas consideraciones sobre lo local":
    Ya que hablamos de fútbol: ¿dónde jugamos cuando jugamos de local? luego del patético 3 a 1 de la selección nacional frente a la escuadra brasilera, sabemos que podemos perder de "local" tanto en la cancha de river cómo en la de los "canallas" y la tristeza sentirse tanto en ushuaia cómo en la quiaca: creo que el mayor deficit del equipo que jugó ese partido fue la pérdida del juego "nuestro": un juego que se realiza con una pelota de cuero y entre 11 jugadores, uno habilitado para tomarla con la mano dentro del área: casualmente, tal cómo juegan este deporte los brasileros.
    perdimos no solo la posibilidad de una clasificación directa al mundial de fútbol, espacio ecuménico dónde todos juegan el mismo deporte con diferentes características sin alterar las reglas, sino que además perdimos la posibilidad de jugar un fútbol "nuestro", es decir, propio: la derrota en ese sentido es doble: no solo en el resultado estadístico, lo peor es en el resultado deportivo: perdimos "lo más nuestro" que hemos agregado a ese juego, es decir: la "gambetta", neologismo argento para definir un juego de "gambas" y quiebre de cintura dionisíaco, perdimos la picardía: ese modo "tan nuestro" de hacer goles con la mano, por ejemplo y perdimos pasión por el juego, algo que evidentemente no poseen los flemáticos ingleses que inventaron el juego, ni los atléticos "brasucas".
    Está claro que tanto en el deporte cómo en la música hay imponderables universales: en todos lados se ejecuta el saque lateral con las manos y hay tantos agujeros en las flautas cómo dedos hay en las manos, pero es gracias al fútbol que podemos percibir que no todo es una cuestión de técnicas ni leyes inalterables que hacen al buen juego, el juego "apolíneo" podemos llamarlo, hay una elaboración previa al momento de patear la pelota o tomarla con las manos, hay una instancia en el juego que es enteramente subjetiva, una elaboración del juego que forma parte del entendimiento y que va a decidir, la dirección y la intención de la pelota y recién ahi el juego continúa su vértigo global dentro del campo universal.
    La defensa de "lo nuestro" es una pretensión de gran propietario, un slogan de chauvinista desesperado o de desesperado a secas, lo "local" a cambio, es un hecho de la conciencia que busca un propósito, tal cómo lo pretendía en su literatura el "muy" alemán Goethe.
    Saludos atentos y muchas gracias por su aporte salteño a la blogósfera.

    ALEJANDRO MORANDINI
    (anónimo 2)

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  6. Estimado Alejandro (Anónimmo 2):

    Me resulta sumamente interesante su idea de incluir en este diálogo el concepto de lo local. Porque si las escalas pentáfonas, las flautas y las polirritmias son patrimonio de la humanidad, también es cierto que no en todos lados se les da el mismo uso como no en todos lados se juega igual al fútbol a pesar de la redondez de la pelota y la igualdad de las reglas.

    Perdemos con Brasil (y con Chile y con Paraguay, no lo olvidemos) porque en el fútbol local ya no aplaudimos la gambetta, sino la "garra" y los "huevos". Perdemos con Brasil (y con Chile y con Paraguay, no lo olvidemos) porque la pobreza estructural ha desarticulado un circuito que era vital para el desarrollo cultural del fútbol en Argentina, y como el último campeón mundial (1986) poseía entre sus filas un 90% de jugadores locales, y hoy la proporción se ha invertido, la representación ya no es la misma, "lo nuestro" ya no es nuestro. El contemporáneo juego de la selección argentina de fútbol es síntoma de un cambio cultural y económico.

    El cambio cultural y económico es a nivel global, y está devastando el concepto de lo local entendido tradicionalmente y lo está transformando en otra cosa. Los opresores o liberadores cerros salteños ayudan a construir una tonada al hablar que le dan color local al castellano, pero las palabras que cada vez más usamos (ya) no son locales. La localización define nuestras dietas (comemos lo que tenemos cerca y lo preparamos de un modo local, único) hasta que llega la igualadora hamburguesa. El fútbol que jugamos (ya) no es argentino.

    El habla ha cambiado, el fútbol ha cambiado, los hábitos alimenticios han cambiado, y la música folclórica en Salta prácticamente no lo ha hecho en 50 años y no lo está haciendo actualmente. Jacques Attali afirma en Ruidos, y con muchas razones de peso, que la música y sus modos de producción anticipan el futuro orden socioeconómico. ¿"Nuestra" música, sin cambios más que de maquillaje, nos está diciendo que no habrá movimiento social en Salta, o el folclore local es ya un género muerto incapaz de predecir nada? ¿No será hoy la música local la equivalente a las actuales palabras locales, las actuales comidas locales y al actual fútbol local?

    La pobreza es estructural, y antes que económica, es cultural.

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  7. Querido Pablo!:
    Soy Juan Ignacio. Antes que nada digo que todavia no me registre por una cuestion de tiempo (que aca cuesta mucho!)pero me tome el tiempo de leer al menos este articulo y te dejo mi opinion.
    Una pequenia anecdota que quiza suma (tengo que aclarar que estoy en Italia y aca no existe la letra enie asi que la pongo asi para que se lea como tiene que ser leido). Encontre aca un chico que a la inversa de lo que me sucedia a mi con la musica europea, el es fanatico de Argentina, si, tiene libros enteros de la Patagonia, escucha tango y mercedes sosa y repite de memoria la narracion de Victor Hugo Morales del segundo gol a los ingleses sin saber que significa cada una de esas palabras......que clase de fenomeno es este?????bueno, supongo que acabo de ver los efectos de la globalizacion con mis propios ojos. A todo esto digamos, recuerdo en salta esa mentalidad de "aca se juega el futbol argentino", esa de las mejores empanadas y de la musica que es "unica" en el mundo. La verdad no me creo esas cosas por el hecho de que para que las cosas a uno le pertenezcan yo creo que se las tiene que merecer, en que sentido?, en el sentindo de que Bach no es aleman, Beethoven tampoco y menos Piazzolla argentino, son individuos que encontraron en la musica una manera de expresarse, de encontrar dentro suyo esa "luz que se genera en el interior" que uno solo puede encender dejando de lado las ideas como, "esto es tuyo, aquello es mio", la verdad aca en Europa la unica diferencia con la musica que estoy encontrando es que tienen muuuucha tecnica y demasiada organizacion (ademas del importantisimo respeto de la gente que la escucha), mientras que a mi (quiza por la juventud) me parece que para ser musico alla en salta (academico especialmente) se necesitan unas bolas del tamanio Maradona para enfrentar todas las adversidades y poder vivir con eso que a uno tanto le gusta.
    No es que la musica saltenia (entendida como musica generada en la provincia de salta)no tenga nada nuevo que decir, creo simplemente que todavia no hay un individuo que este dispuesto a gritarlo a los cuatro vientos, mientras me dedico a lecciones de kreutzer y estudiar las hermosas partitas y sonatas de bach, busco en mi interior el ritmo que me puede hacer entender la musica como mejor la puedo hacer, para disfrutarla yo solito, si, asi, egoista, en mi habitacion, al menos mientras dure este periodo de estudio, despues si a la gente le gustara o no poco me importa por ahora. Pero a veces tengo miedo de que llegue ese dia y que a Cesar se le ocurra bajar el pulgar como nuestro gobierno y corrupcion se lo bajan todos los dias a la educacion musical en nuestro pais. Bueno, me fui un poco por las ramas, perdon pero mas que anda escribo esto para comenzar a explorar este Blog un poquito, no garantizo en estos meses que voy a entrar seguido pero espero al menos poder dejar un comentario o llevarme al menos algo en que pensar para luego contestar con mas tiempo. Saludos!

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  8. ¡Juan Ignacio!

    Más que un comentario esta fue toda una confesión. La frescura de tu escritura es y será bienvenida en Lectura y Escritura Musical. Tu voz, la de un joven que emigró para estudiar el violín, es ya autorizada para decir sus primeras impresiones a la distancia, y sospecho que lo será aún más de acá a un tiempo. Esperamos poder seguir oyéndola.

    Un abrazo!

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  9. Maestro! Felicitaciones por el blog! Usted, como siempre, brillante y, fiel a su estilo, con este articulo ha lanzado una bombita... Por como se ha desarrollado el diálogo, parece que es más fácil hablar de futbol que de música aunque el problema sea el mismo: las relaciones entre lo global y lo local; lo que es universal y lo que es único o particular. Me parece igual que en todo esto existen relaciones de poder insoslayables e imposiciones de variada índole: hay conocimientos y formas de arte que, siendo locales, se han postulado e impuesto como “universales”. Entonces, ¿Quién o quiénes necesitan “defender” algo –sea música, sean saberes, sean costumbres- consideradas propias y únicas? ¿No será que los gritos de defensa de lo propio son producto de imposiciones que se quieren revertir? Y en ese sentido entonces ¿no son también acciones políticas? De allí las voces que proclaman sus identidades locales, identidades de género, sexuales, etc.
    Además existe una distribución desigual de los bienes culturales como producto de las relaciones de poder: puede ser que no se piense en la “propiedad” de los bienes culturales pero hay quienes acceden y quienes no; hay jerarquías que determinan que algunas producciones sean centrales y otras marginales, centros cuyas voces están más “autorizadas” que otras (eso que Bordieu llama el capital cultural y un teórico peruano, Anibal Quijano, define como la “colonialidad del poder”)
    Lo que me resulta extraño y no se si termino de comprender es la asociación de lo dionisíaco como lo que iguala y lo apolíneo como lo que des-iguala. Me parece que en la “comunidad” que supone la fiesta dionisíaca se expresarían las particularidades y diferencias. Bajtín habla de movimientos centrípetos que tienden a la homogeneidad, a la clausura y a una “ficción” de unidad y de fuerzas centrífugas que tienden a la apertura. Las nacionalidades como construcciones políticas e ideológicas, respendieron a esas fuerzas centrípetas y también fueron imposiciones. Algunos historiadores (Eric Hobsbawm) han hablado incluso de la “invención” de la/s tradición/es y de las nacionalidades como “comunidades imaginadas” (Benedict Anderson) ya que es prácticamente imposible que concretamente exista comunidad de intereses entre los millones de habitantes que conforman una nación.
    Pero, aún aceptando el carácter de construcción de las nacionalidades y que las posturas esencialistas y chauvinistas son sumamente criticables también es cuestionable pensar que no existen diferentes formas de hacer, de decir, de cantar, de hacer música... y que en teoría todas esas formas son legítimas y deberían ostentar un mismo estatus.
    Tampoco comparto la idea de Goethe expresada en el epígrafe, que denota por inversa un orgullo desmedido por el individualismo (que es una marca de su lugar de producción y enunciación). Comparto, en cambio, la idea de Bajtín de la existencia del yo siempre en su relación con otro (otro que es a la vez diferente e igual)
    Un abrazo y felicitaciones nuevamente
    Irene

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  10. ¡Hola Irene!

    Gracias por tus felicitaciones, pero mucho más agradecido estoy con vos por haber situado la continuación del diálogo en otro plano.

    Dionisíaco-Igualdad, Apolíneo-Desigualdad: desde tu lectura, mejor dicho estaría Dionisíaco-Inclusión, Apolíneo-Exclusión: Mi Mayor, antes excluido, ahora en la igualdad rítmica es incluido junto al diferente e igual Do Mayor.

    En otro artículo de este Blog, Los Géneros Musicales, a nivel de comentarios, hemos hecho también mención a P. Bourdieu (¡esta vez lo escribí bien!) y su idea de los bienes culturales y su distribución. Una de las voces que se alzó acá en "defensa de lo nuestro" e incluso mencionó "comer" y "cagar" como costumbres (creo que son obligaciones, al igual que respirar, asunto que trato en otro escrito de este Blog), lamentablemente actuó desde el más perfecto anonimato, pero no creo que sea producto de la casualidad, sino síntoma que puede ser leído con suma facilidad desde tu perspectiva.

    Goethe: gancho o llave. Desde su individualismo también puede interpretarse lo apolíneo y la exclusión social. Desde su antinacionalismo puede abrirse una puerta hacia una visión crítica sobre la construcción de las tradiciones y las nacionalidades. Desde su violencia, atrae lectores.

    En definitiva, Irene, éste y otros textos de Lectura y Escritura Musical no son más que portales (como el epígrafe) que permiten el ingreso a un diálogo que no siempre se da sobre ciertos temas. Y celebro que hayas pasado por acá y hayas entrado.

    Lástima que no hables de fútbol, porque sino te preguntaba sobre River Plate...

    Cariños y hasta pronto.

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  11. En música, lo apolíneo puede corporizarse en la polifonía, que requiere control técnico y armonía entre las partes; lo dionisíaco es el unísono, como el canto de la tribuna en una cancha de fútbol. Donde el individuo es necesario para cumplir su tarea (división del trabajo) no es en el unísono (dionisíaco), donde nadie quiere trabajar, sino en lo apolíneo (polifonía), donde hay que trabajar. La aparente diversidad no es tal. La apolínea unidad se consigue sosteniendo un único centro tonal para el cual todos los individuos (partes) trabajan, y se rompe de muchas maneras. Una de ellas, la politonalidad, que la encontramos entre otros en Bartók, en Stravinsky (este último toma fuerte posición en contra de la multiplicidad y a favor de la unidad en música - lección II de su poética musical). El dodecafonismo, como método para salir del único centro tonal, hace a las doce notas tónicas y opta, a través de su primer representante, Schönberg, y de otros, a diferencia de Stravinsky (y de otros), la diversidad tanto rítmica como de otra índole también. Ambos, Schönberg y Stravinsky, abandonan la hegemonía de un centro tonal, pero ¿ambos son apolíneos, ambos son dionisíacos, o uno es apolíneo y el otro dionisíaco? Si entendemos la música en partes (lo rítmico por un lado, lo referente a las alturas por otro, y así) es relativamente sencillo ensayar una respuesta a esta pregunta, pero si entendemos a la música como un organismo donde imposible es aislar "partes" sin resentir la conciencia sobre el objeto no es tan simple llegar a una contundente afirmación. A T. Adorno no le costó mucho tomar partido...

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  12. En fútbol, ¿cómo es lo dionisíaco y cómo es lo apolíneo?

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  13. "Schönberg, tango; Stravinsky, cumbia" es una posible respuesta Zen a la pregunta formulada más arriba.

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  14. Pablo, retomo el diálogo...
    lo de river fue un golpe bajo! ja-ja, en realidad no puedo opinar mucho sobre futbol porque en ese caso la identificación funciona como las nacionalidades: soy de river porque mi familia lo es y es algo que fue impuesto y asumido sin mucha crítica ni análisis. Además me crié en una casa donde, como recordarás, está toda la historia de river en cuadros...
    vamos a la polifonía. Es importante compartir estas opiniones porque van surgiendo relaciones interesantes. Te comento las que tu escrito me sugirió. Ya que me remití anteriormente a Bajtín, continuemos con este genial ruso (contemporáneo de Stravinsky, aunque él se quedó en Rusia)que precisamente para explicar la estructura de la novela realiza una analogía con la polifonía y entonces habla de novela polifónica donde las voces de los personajes, supuestamente, son interdependientes y más precisamente expresan diferentes ideologías. Ahora, esa interdependencia, como vos explicas en el caso de la música tonal, también responde a un centro que distribuye la participación de las voces: el narrador. Claro que está hablando de un tipo de novela, como la de Dostoievsky, y esa diversidad de voces queda entonces bajo la unidad de la forma (novela)que en sus palabras es un "todo orquestado".
    La descentralización de la que hablas en la música de Stravinsky, Shoenberg, Bartok cada uno a su manera también se produce en todos los géneros literarios, allí entonces ya la diversidad de voces, puntos de vista, organización temporal, etc. es otra.
    Pero el problema es que en esa participación de las voces narrativas aparentemente independientes desaparece también la cuestión del poder (insisto...)o al menos se oculta, en el caso de la novela la voz del narrador que tiene el poder de dejar o no dejar hablar; en el caso de la música, del centro tonal que organiza el discurso. Pasando al plano social, podríamos decir que más allá de la diversidad y su reconocimiento no todas las voces participan en igualdad.
    Lo de Shoenberg y Stravinsky debo pensarlo, da para mucho, además la lectura de Adorno siempre es un condicionante que limita la propia.

    Saludos
    Irene

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  15. Maestro, participo en el foro en desigualdad de condiciones (a mi no me deja ser anonimo porque tengo blog y ademas mis opiniones se ven infectadas de un poco de burocracia al estudiar politicas y adm, de la cultura). recuerod muy bienq ue cuadno nos conocimos usted me dijo: "yo te voy a dar problemas, no soluciones". este texto no es la expecion (y yo loa gradesco imensamente). la primera pregunta que me viene es, si realmente podemos hablar de una cultura nuestra, como usted dijo, lo nuestro es la mescla de diferentes caracteristas musicales foraneas, las tribus de acendencia africanas ubicadas en las yungas y por la danza española. por otro lado, es nuestra mescla, disculpe que me apropie de la musica, preo croe que invetablemente la cultura se vuelve parte de uno, y uno de ella. esto me lleva al dilema de "defender lo nuestro". personalmente creoq ue todo estado tiene la responsabilidad de defender la soberania nacional y que esta tarea debe contar con el apoyo del publo, como yo lo entiendo la soberania naiconal no debe ser restringida a lo territorial si a todos los aspectos del pais, en esto incluido lo cultural. esto no quita que la musica deba ser compartida, y que toda persona deba estar abierta a musica extranjera, pero esto no debe hacernos olvidar de lo que tomo (y toma)lugar en nuestro territorio y se ahce aprte de nuestra historia.

    un abrazo grande.

    Facundo

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  16. Daba igual que escribas como Anónimo: por tu dislexia y tu ortografía me iba a dar cuenta que eras vos, Facundo.

    Estoy con poquísimo tiempo, así que este diálogo lo seguiremos, Facundo, Irene, en algunos días.

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  17. Irene: recién hoy encuentro tiempo para responderte. Ofrezco las disculpas del caso.

    Mencionas por segunda vez a Bajtin y me cuesta no pensar en Eisenstein, quien tengo entendido trabajó en colaboración con el teórico literario. De hecho gran parte de la teoría cinematográfica del director del Acorazado Potemkin es muy coincidente con el cuerpo teórico de Bajtin. La palabra clave en Eisenstein es "montaje". Ella nos aleja necesariamente de toda concepción inocente del arte: en él no se improvisa, se planifica, se monta, se compone. Y se planifica, se monta, se compone desde un lugar ideológico. Está bien que insistas en la temática del poder, de eso se trata justamente. ¿A qué poder(es) representa tal o cual forma de organización de los sonidos? Adorno da una respuesta, y efectivamente, tras conocerla, resulta dificultosa tarea pensar la propia, pero Bajtin, Eisenstein, Schönberg, Adorno tenían también detrás suyo a grandes pensadores que no le hacían fácil la labor y sin embargo no renunciaron a una búsqueda personal. Recuerdo en estos momentos, aunque imprecisamente, un párrafo del Tratado de Armonía de Schönberg en el que usa una metáfora para explicar el valor de buscar: si tenemos cilindros de diferentes diámetros que permitan la inserción de uno en otro y están éstos desordenadosdentro en una caja ¿cómo hacemos para ordenarlos (encajarlos)? Contesta el difusor del dodecafonismo que sacudiendo la caja, y que si al abrirla los cilindros están ordenados no es producto de la casualidad, sino de la búsqueda, encarnada en la acción de sacudir la caja.

    Tendremos que sacudir la caja entonces, querida Irene.

    Un gran abrazo.

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  18. Maestro, hermosa metáfora, con usted siempre se aprende.
    Voy a leer los otros artículos y seguimos conversando; sacudiendo la caja en todo caso a ver que sale
    un beso
    Irene

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  19. CÓMO ESTÁ... ES CULTO EL HOMBRE QUE PRACTICA SU PROPIA CULTURA.LA MANERA IDENTITARIA DE DEFINIRNOS POR LA DESCRIPCIÓN DE ESO QUE NO SE PUEDE DEFINIR.A LA VEZ QUE NUESTRO AMADO VOCABULARIO ESTÁ EN ALTO DECADENTE, ANIMO A UD.A ARMAR NUEVAS FRASES DONDE PUEDA MOSTRAR LO QUE REALMENTE PIENSA. UNA CARICIA AL ALMA.

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  20. Aquí hay muchos que no hubieran querido encarnarse en Salta, donde predomina lo dionisíaco de las empanadas,la guitarra y el bombo.Algunos músicos académicos de este blog, o cualquier otro, organizarán una suerte de logia para refugiarse intelectualmente con sus pares.
    Sin embargo,estoy totalmente de acuerdo-aunque costó mucho admitirlo-que esto de las escalas pentatónicas,las flautas,los ritmos etc...no es algo local sino universal,común denominador con culturas milenarias.
    ¿Qué hacer frente a esta realidad?Dejemos a nuestros comprovincianos "folkloreros" que sigan(y sigamos) viviendo con la ilusión de "lo nuestro".Muchos estarán felices de haber asumido que no hay nada nuestro...pero tristes de no tener identidad.

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